Introducción

La salud es una de las expresiones  de la vida más preciada y valorada por las personas, probablemente incluso más apreciada que la educación, siendo tanto la una como la otra pilares primordiales en toda  sociedad  moderna,  junto a la propia atención sanitaria. Suele ser bastante habitual -culturalmente- que el término ‘salud’ esté asociado al término ‘sanitario’ aunque, desde una cierta perspectiva, la una es la antítesis de la  otra. Desde nuestra mirada, la contraposición del binomio es clara: mejor salud de la población, menos necesidad de atención sanitaria.

 Por otro lado, las políticas públicas y privadas, son determinantes y fundamentales para garantizar una adecuada atención a los ciudadanos hacia el cuidado de su salud. Aunque ésta (la acción política) es menos visible y menos espectacular que las políticas sanitarias, tan dependientes del actual sistema económico, es decir, el llamado ‘Mercado’. Y si el sistema sanitario está dentro del Mercado es que  porque es considerado una mercancía o una fuente de inversión para obtener beneficios.

En cierto modo, mantener unos niveles de calidad de vida y salud entre los ciudadanos, es un elemento de indiscutible valor, pero prácticamente inejecutable en una sociedad cada vez mas diezmada socialmente en un porcentaje ponderable [1]: la mitad de la clase media catalana, por ejemplo, ha desaparecido durante la gestión de crisis actual y hay que tener en cuenta además que en España, en estos momentos, más de 3.500.000 personas (7.6% de la población) están en el límite de  la pobreza severa[2]. Con estos datos es difícil que el estado de salud no se vea afectado.

Pero aún así, o precisamente por ello, una política de salud adecuada debe mermar -según nuestro criterio- la actividad de lo sanitario, y probablemente a más cultura de la salud, menos gasto sanitario. Los cambios en las costumbres y las modas alimentarias, producen cambios profundos en la fisiología y metabolismo humano, por lo tanto, toda medida preventiva de salud pasará por una cultura apropiada del cuidado en la alimentación. A modo de ejemplo en Europa o en los EEUU el aumento de accidentes vasculares[3] (Ictus) entre los jóvenes es cada vez más frecuente, cuando -como es conocido- era un tipo de afección más propia entre los adultos o ancianos.

Está claro pues, que cuando el ciudadano entra en un proceso con la cadena sanitaria, es porque las políticas de salud, en un porcentaje ponderable, han fracasado. Bien individualmente o bien colectivamente.

Un sistema sanitario generador de riqueza como es el nuestro, es reo de ser sospechoso. No es ético que la necesidad sanitaria sea negocio. Por esta cuestión cualquier estrategia orientada a consolidar una política de salud por encima de la sanitaria sería bienvenida. Es de justicia que la política de salud sea el principal escenario de lucha para aliviar el gasto en el marco sanitario, entendiendo entonces que, llegar a uso de los servicios sanitarios, es debido al fracaso -en buena parte- de las políticas de salud que recaen sobre ciudadano.

El esfuerzo de la sociedad para ir insertando cambios en el concepto del binomio irreconciliable y opuesto salud-sanidad, son bastante evidentes. Hay un cambio -cada vez más ponderable- hacia el ecologismo social, que no ha podido ser frenado por las políticas agresivas de las multinacionales y la conveniencia económica. El sometimiento de la ciudadanía a modelos de consumo conductistas, debería ser sustituido por la real libertad personal a ser debida e exhaustivamente informados, medida arto insuficiente en la actualidad. Lo que también nos deberíamos plantear, es  si el ciudadano lo quiere. No le es fácil a una ciudadanía acomodada tomar decisiones ‘molestas’ como lo son las decisiones en conciencia. No hay suficiente nivel de educación social para con el prójimo, ni en el necesario respeto hacia uno mismo como entidad humana: autoestima ética.

El desmerecimiento intelectual a que se somete al ciudadano y paciente, la práctica de la medicina del miedo, la ignorancia tácita al ser la mayoría de ciudadanos analfabetos sanitarios y el aburguesamiento cívico, son un cuarteto nefasto que permite políticas de actuación sobre las personas enfermas y asustadas de consecuencias temibles.

La cantidad de muertes por iatrogenia en Estados Unidos ya son la primera causa de muerte. Cada año mueren unas 800.000 personas. Los tratamientos médicos ya son la primera causa de muerte[4]. En España mueren tres veces más personas por efectos adversos de medicamentos que por accidentes de tráfico[5]

Detrás de las cifras -obviamente- están las multinacionales farmacéuticas y sus prescriptores que esconden datos y alteran los resultados de sus propias investigaciones. En 2012 Roche estaba siendo investigada por la Agencia Europea del Medicamento para ocultar 15.161 muertes relacionadas con sus medicamentos. Este es sólo un ejemplo rutinario. Todos estos datos pueden ser consultados en la red y están prácticamente al alcance de todos. Hemos ejemplificado en Roche lo que se puede ampliar a otros elementos corporativos u otras organizaciones.

Es esta sociedad aburguesada, enferma anímicamente, con la conciencia secuestrada sí, pero con síndrome de Estocolmo, la que tiene corresponsabilidad en su ignorancia por desidia. El burgués siempre busca que ‘se lo hagan’.

La mayoría de ciudadanos tienen tanto miedo a las enfermedades graves y la muerte -y hay tanta ignorancia respecto al tema- que son capaces de dejarse matar intentando ‘salvar’ lo inevitable. Debería ser implacable la denuncia de las cirugías y medicaciones innecesarias y las políticas de las multinacionales interesadas. Es doloso que los médicos, en términos generales, no investiguen independientemente, y son entonces reos de lo que las multinacionales dictan. Desafortunadamente no es un tópico. No tener dinero público al alcance resulta dramático. Es conocida la frase, pero debemos repetirla: “hay dinero público para rescatar bancos, pero no para rescatar personas”.

Salud y escenario medioambiental.

El derecho a la salud pasa por el derecho a un medio ambiente limpio, libre de contaminantes[6]. El primer aspecto a contemplar es nuestro entorno inmediato, el ‘nuestro aire y nuestro cielo’. Hay que decir sin embargo, que nuestro cielo, el cielo catalán, el cielo español (si es que moralmente se puede citar el cielo o el aire ‘en propiedad’ de los países o las personas) no es de los catalanes ni los españoles. ‘Nuestros cielos’ son de la OTAN. De acuerdo con el tratado firmado por Felipe González (Referéndum 1986)[7] Todo lo que ocurra en ellos nos es ajeno en derecho.

Por lo tanto los gobiernos deberán hacer políticas absolutamente radicales en favor de un medio ambiente que garantice en todo momento la viabilidad óptima de la salud de la población. Para ello se debería recuperar –como primera medida- el medio ambiente. “Los cielos”, deberían ser para la ciudadanía y volver e tener ‘nuestro cielo en propiedad’. La tierra que pisamos y el medio ambiente que respiramos son propiedad de la comunidad y la comunidad debería velar por su buen uso. Lo que se haga “en” o “sobre ellos” es responsabilidad de la comunidad. No se puede vender a terceros algo comunitario sin consentimiento de la comunidad y tampoco se puede hacer manipulando referéndums.

Si no es correcto no se hace: Esto evitaría las controversias respecto a las substancias  depositadas en la biosfera por los llamados “Chemtrails[8] y otras de malversaciones de los recursos de la Tierra. Iniciativa privada ciudadana de denuncia no falta en nuestro país[9]

De facto, se podrían tomar seis medidas primarias iniciales, susceptibles de ser ampliadas paulatinamente a todos los campos sociales y vitales:

1) Respeto ambiental de los cielos y medio ambiente territoriales. Prohibición de vertidos de tóxicos a la atmósfera y al medio ambiente, con una política específica de protección de aguas y de su no explotación injustificada.

2) Prohibición de la explotación salvaje de la biosfera y malversación de la naturaleza vegetal y animal, legislando en consecuencia.

3) Revolución ética industrial: Toda la industria deberá ser redirigida a las energías limpias ‘y aplicarán políticas de disuasión de uso de “agua de paso” a las industrias usuarias[10]. Fomentar el respeto ciudadano y educar en convivencia sana con la Naturaleza.

4) Control de todo tipo de vehículos (aéreos, marítimos y terrestres) contaminantes y estimulación del cambio del parque automovilístico, de navegación o aéreo público y privado hacia combustibles no tóxicos (Hidrógeno) y / o solares y eléctricos.

5) Estímulo y promoción del cultivo de alimentos ecológicos a través de los métodos biodinámicos y biológicos. Cuidado de la tierra y eliminación de aditivos contaminantes: insecticidas, pesticidas  y/o herbicidas. Aliviar a la tierra de las grandes extensiones de monocultivos y reconversión a zonas de multicultivo ecológico, aumentando la producción en relación a la necesidad ciudadana, de forma que se pueda conseguir un precio justo y su consumo habitual para toda la ciudadanía. Generar espacios en los mercados municipales a modo de zonas de abastecimiento de productos ecológicos.

6) Revolución cultural alimentaria. Reconocer que la alimentación es un hecho individual. Que la salud personal es consecuencia de dicha alimentación y –lógicamente-  una alimentación libre de aditivos mejorará la salud ciudadana. Las alergias e intolerancias alimentarias son hechos individuales en los que hay que reconocer que lo que es bueno para una persona, no lo es necesariamente para otra.

Sin embargo, la mayor parte de las aves  de corral y carnes blancas, pavo, avestruz, además de la ternera, están fuertemente hormonados y a muchas personas les resultan tóxicas. Se habla de una epidemia diabética en Europa, pero ésta no sería tal, si los alimentos fueran básicamente limpios y no se modificara cada cierto tiempo los parámetros de medición en las analíticas a los pacientes. Cada vez que se rebajan “unas décimas”  de lo considerado normal, se consiguen millones de afectados en el mundo, candidatos a tratamientos de los laboratorios.

El pan blanco normalmente ya no es pan. La leche de soja, es muy problemática, pues un 95% de la que se produce en el mundo es transgénica. El pescado blanco puede ser de piscifactoría, téngalo en cuenta,….la alimentación es a base de piensos compuestos, muchos altamente perjudiciales. Las galletas están hechas con trigo de 48 cromosomas, de muy difícil asimilación. Los zumos de naranja, pueden ser deliciosos al desayuno, y, al mismo tiempo perjudiciales por la acidez que producen.  Estamos en un sistema de “alimentación trampa”. La mayoría de afectados por dislipemias y cuadro metabólico  (triglicéridos, colesterol altos, o hiperglucemias, hipertensión arterial) lo están por comer carne industrial con animales hormonados con ergotrópicos (estimulantes del crecimiento: Pregnenonol, Pregnenolona, estrógenos) Todos ellos antagonistas de la insulina[11].

Uso sanitario y políticas sanitarias

No solamente en las políticas sanitarias, aunque también y mucho, se nos ha hecho creer que vivíamos en una situación de bienestar cuando en realidad vivíamos de ilusiones a crédito. Éramos, no hace mucho, el primer mundo envidiado con una sanidad en “excelencia”. Sin embargo, ahora somos –como mencionábamos más arriba- un mundo endeudado con altos niveles de pobreza[12], no sólo sanitaria[13] y económica, también moral y espiritual. Queriendo más de lo que en derecho debe ser. Teniendo más de lo que se puede consumir. Abarcando más de lo que puede comer. Amando menos de lo que se debería poder… Dijo Platón: La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de los deseos.

En el ámbito sanitario propiamente dicho, el acceso a los servicios sanitarios y de recuperación de la salud y hábitos saludables, intervenciones diagnósticas, intervenciones quirúrgicas, y cualquier actuación en este apartado, será totalmente de elección libre por parte del usuario o paciente y bajo absoluta privacidad. Toda manifestación en este ámbito formará parte de la vida y decisión privada del ciudadano. La sanidad debe dejar de ser pública para convertirse en  un derecho privado. Todo el mundo debería tener derecho a elegir ‘su’ médico, ‘su’ terapeuta, y el modelo sanitario que quiere para él y los suyos. Muchas veces las personas entienden la salud como un hecho cultural particular cuando no, incluso religioso. Por lo tanto el respeto a la libertad personal en la elección y el ‘cómo’ es fundamental.

Por contra el dinero debe ser cada vez menos privado para convertirse en un bien público. Evidentemente no todo el dinero privado (esta no es una tesis comunista revolucionaria) debe ni va a reconvertirse a público, pero si la parte impositiva correspondiente, equitativamente ética y solidariamente proporcionada. El que más tiene, debería sentir (si se ha recibido una educación correcta) el gozo de revertir sobre el prójimo un bien de esta naturaleza. Es un hecho moral.

Debería ser el dinero reclutado de los impuestos, lo que diera vía de actuación a una sanidad privada en su uso y pagada con el dinero de todos. Elegida individualmente, no dirigida desde el sistema. Debería ser el ciudadano el que elige a sus profesionales sanitarios y el tipo de tratamiento; los centros de salud y sus profesionales recibirán sus ingresos directamente del paciente mediante pago delegado del fondo impositivo común. El Estado no debe tener centros públicos, mantenidos con dinero público y con funcionaros públicos a su servicio. El Estado debe administrar el dinero público para que los ciudadanos lo puedan gastar bajo su criterio y libertad, en los centros o entidades sanitarias de su elección.

El hecho comunitario es primordial para todo el funcionamiento de un sistema dirigido a un ser humano libre, racional y autónomo. Y este trinomio debería ser su derecho básico. Que el dinero público no sostenga directamente la salud pública como hasta ahora, evita la corrupción privada a través de las entidades públicas y viceversa. El principio básico del modelo es el mismo: dedicar el dinero de los impuestos al servicio sanitario, pero su ejecución no.

Estos primeros pasos hacia un cambio del tratamiento económico de los aspectos sanitarios podrían convertirse en el modelo de liberación, de sometimiento de la clase política en el mundo económico, en el Mercado. De hecho los políticos – y consecuentemente los ciudadanos-  son reos del ‘Mercado’ desde hace aproximadamente un siglo. Este cambio sería una oportunidad de servicio real de la clase política hacia la sociedad. Un cambio de modelo que escape de un caduco ‘Nuevo Orden Mundial’ – cada vez más rancio- y producir un gran cambio cultural con un Nuevo Orden Social[14], donde las comunidades humanas deberían ser la base de toda actividad social. La comunidad sanitaria: médicos, terapeutas, enfermería, psicólogos, etc. debería sublevarse, cultural, científica y laboralmente. Deberían hacer una más que necesaria re-evolución. Deberían tener en cuenta en este sentido, el modelo que se desprende de la Triformación Social que proponemos desde estas páginas de CiC.

Lo que creemos que somos como seres humanos, sostiene nuestra conciencia. Esto quiere decir que toda educación recibida condiciona nuestra voluntad y eso nos resta libertad, cuando ésta es conductista, como se ha hecho hasta ahora. Libertad en la esfera espiritual, cultural o ideológica. Igualdad en la esfera Jurídica Política o Legislativa, y Fraternidad en la esfera Económico-Financiera. Este es el gran cambio pendiente desde la Revolución Francesa.

Si sostenemos que el modelo triformado explicado anteriormente, podría ser el ideal, lo que vemos en nuestra época es la predominancia de la versión corrupta de la aplicación de la Libertad. Libertad por el egoísmo individualista basado en la «libertad en la esfera económica», que afecta a todos los aspectos relacionales de la comunidad: salud, educativa y sanitaria también.

¿Podemos esperar otra cosa diferente a lo que está sucediendo en la actual crisis económica y los recortes en la asistencia a los usuarios? El dinero no puede ser ‘libre’ ni el ‘Mercado’ tampoco. Es antiestético, antitético y deshumanizador. Es desde la Administración que se debería velar por la igualdad y el ejercicio de la libertad individual; lo que pasa por redefinir un modelo sanitario para convertirlo en equitativo, efectivo, eficiente y sostenible y no dependiente de la economía privada.

Es del todo imprescindible en un sistema libre de relación social y política, la aplicación del modelo social que evite la injerencia de entidades o particulares que buscan su beneficio empresarial o personal utilizando métodos de cooptación o chantaje, bajo entidades o fundaciones benéficas que, disfrazan con supuestos actos de beneficencia, la compra de silencios de conveniencia[15]. Es decir, combatir toda actividad inmoral – de corte mafioso – con trabajos independientes sufragados por dinero público hacia las comunidades científicas, lo que permitiría liberarlas del derecho de pernada hacia estas entidades.

En el marco de una nueva mirada hacia la salud, siempre que sea posible, se debería estimular la producción y comercialización de productos ecológicos en todas sus manifestaciones y expresiones, evitando la situación que se da en las plantas y vegetales como las que se dan con el tabaco, como ejemplo de perversión comercial y política[16], en una alianza de consentimiento de situaciones escondidas en supuestas puniciones fiscales o cargos impositivos sobre productores o determinados grupos económicos. Esto es especialmente evidente en el uso de la fiscalidad y la regulación frente a las empresas que producen alcohol o tabaco manipulado para ser adictivo; también en cuanto a la producción de fármacos, los productos mal llamados, en algunos casos, alimenticios o los plaguicidas, pesticidas, insecticidas o en relación a la calidad y la contaminación del aire y el agua. La frase conocida «quien contamina paga» ya es en sí devastadora, y quiere decir: «paga que puedes continuar contaminando«. Y refleja esta doble moral de pretender proteger cuando lo que se promueve es lo contrario. Esta es una imagen de la relación habitual y diaria con  el Mal Común[17]

Esta nueva mirada debería promocionar lo preventivo, también en cuanto al trato animal y rehuir todas aquellas actividades dirigidas a convertir los animales en carnes industriales a cualquier precio sin contar con su sufrimiento y el maltrato psicológico ante las formas de alimentación y sacrificio que no tienen en cuenta este padecimiento[18]. Tampoco se tiene en cuenta que toda esta tensión y miedo que el animal sufre se transmite a cada célula del animal que queda con esta información además del proceso hormonal y químico al que son sometidos para aumentar de peso y volumen. Todo este cóctel es ingerido por humanos que -a posteriori- sufrirán inevitablemente las consecuencias, especialmente las mujeres -tan sensibles a los cambios hormonales por ser donadoras de vida- y niñas con menstruaciones anticipadas y con ovarios y pechos poliquísticos y otras degeneraciones, por el hecho de comer carnes industriales. La justicia social también debería promocionar y alcanzar definitivamente la justicia animal.

Por otro lado, diversas situaciones afectan a la salud humana como vínculo social. Nuevos valores emergentes, como la libertad personal a elegir las relaciones y la forma de entenderlas -cada vez más mestizas en la cultura y los modelos familiares- el sentido del concepto de familia la des-obligación de seguir unas pautas sociales con el cuándo y el cómo se debe llevar a cabo según qué rituales sociales: cuando toca casarse o cuándo tener hijos. Diversidad y mestizaje ya es un hecho. Todo ello es un desafío que se tiene poco en cuenta desde la vivencia de la salud – anímica en cuanto a libertad de elegir y el bienestar que supone-. Información y formación ciudadana deben integrar el conocimiento de las estrategias preventivas y no sólo las curativas, promoviendo el concepto de cultura y salud.

Y esto nos lleva todavía  un desafío más. Un sistema sanitario, reconvertido en sistema de salud, deberá velar muy especialmente ante un tema delicado como es la salud mental. Una humanidad que progresa en su sensibilidad hacia un concepto de espiritualidad laica no religiosa cada vez más, evidentemente, puede llegar a percibir o tener sensaciones que tienen poco en común con la realidad tridimensional, sobre todo en entrenamientos meditativos que pueden abrir puertas hacia realidades no tangibles y poco explicables desde una ciencia materialista. Se debería dotar de conocimiento y conocimientos bastante intensos a profesionales del campo de la psicología y la psiquiatría para no caer en las tentaciones polimedicalistas, que suele ser una manera de dejar fuera de juego rasgos humanos que no coinciden con el estándar y que es lo que el sistema demanda -y se lo demanda a los profesionales-. Cualidades humanas que están empezando a brotar y que afectan a la percepción de la realidad tal como  está concebida desde el limitado presupuesto materialista, serán, y de hecho ya lo están siendo,  consideradas enfermedades mentales si no son valoradas correctamente y consecuentemente son abortadas.

Un caso fragante es el caso de los niños diagnosticados y convenientemente medicados de trastornos del comportamiento (TDAH). La medicina no es ajena a la corrupción del sistema y la psiquiatría hace tiempo que abandera una revolución negativa: inventar enfermedades para los más débiles, los niños. El poco conocimiento al alcance de los padres, la influencia sobre ellos de los profesionales y como siempre el miedo, instrumentalizado por estos profesionales  poco escrupulosos, les hace más fácil “empastillar” a sus hijos y “vivir tranquilos” que llevarlos a tener contacto con la Naturaleza con el fin de que desahoguen sus energías en el lugar y con las actividades adecuadas. Según la medicina oriental, la salud de tu hijo está en sus piernas. Cuando los niños no son ‘movidos’ algo les pasa. Eso sí debería ser un motivo de preocupación.

A la psiquiatría hace tiempo -sobre todo en los EEUU- y Europa le va a la zaga, que flirtea con las farmacéuticas. La última joya del manual de Pediatría y basándose en el DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) que es la referencia científica para los pediatras de  los EEUU, asegura que un niño de cada cinco tiene un trastorno de salud mental. Uno de los aspectos diabólicos es que se consideran las rabietas infantiles como brotes enfermizos[19]. Afirmar y publicar estos datos por parte de estos Herodes contemporáneos, son un insulto a la inteligencia humana. Las últimas declaraciones poco antes de morir de León Eisenberg, el psiquiatra que «descubrió» el TDAH, no deben ser tenidas en vano; en un brote de arrepentimiento, cuando estaba próximo a la muerte, confirmó que «el TDAH es un ejemplo de enfermedad ficticia». El semanario alemán Der Spiegel[20], en un artículo sobre enfermedades mentales en la población alemana, lo puso de relieve. Esto pone también de manifiesto su gran mentira y la de sus secuaces al servicio de los laboratorios habituales.

Puntos* respecto a derechos sociales y acciones políticas para los ciudadanos relacionados con su salud: (*A desarrollar a partir de este borrador y susceptibles de ser muy ampliados)

  • Igualdad de oportunidades y el derecho a elegir.
  • Exclusión de monopolios y pluralidad de proveedores de salud o sanitarios, que conlleve el control del gasto farmacéutico y sanitario.
  • Adaptación de los horarios laborales a las necesidades de conciliación familiar.
  • Implicación de la ciudadanía en redes de colaboración y voluntariado para ayuda social a los más necesitados y vulnerables. Establecer redes de trueque no remunerables.
  • Protección de los ciudadanos más vulnerables por situaciones diversas.
  • Políticas sanitarias de gasto sostenible: Aprovechamiento de las Terapias Naturales como medidas de medicina preventiva en todos los ámbitos de la salud. Refuerzo de los modelos terapéuticos de demostrada eficiencia y eficacia, que sean generadores de ahorro en el gasto del dinero público y aprovechamiento de todos los modelos médicos y terapéuticos al alcance y promoción de una Medicina Integrativa real. Es decir, la sinergia de todos los modelos terapéuticos de reconocida eficacia.
  • Responsabilidad compartida entre paciente y profesional de la salud. Generando una medicina entendible y comprensible. Practicar la Medicina de la Verdad[21].
  • Transparencia del gasto sanitario y cuentas públicas al alcance de la ciudadanía. El ciudadano es el propietario del sistema de salud y sanitario, no el partido político gobernante.
  • Revisión de los sistemas de subsidiariedad y proximidad, con atención a los ciudadanos pacientes, desde consultas o consultorías de barrio, para ir desahogando la macro atención hospitalaria.
  • Promover el municipalismo sanitario y de educación en la salud. Implicación de los ayuntamientos en el desarrollo desde diversos sistemas de salud.
  • Desaparición de las agencias de salud públicas y reconversión como empresas de administración de la Salud como derecho privado y personal. Promover una atención médica y sanitaria de proximidad.
  • Implantar un nuevo modelo basado en la administración del ciudadano, de sus recursos de dinero público para gestionar su salud. Generación del cheque sanitario[22].
  • Re-Construir ciudades y pueblos saludables. Salud del agua, del aire, la tierra y el ambiente[23]. Generar los centros de educación en salud y generar -en las diferentes etapas de enseñanza en las escuelas- las asignaturas relacionadas con ello y adaptadas a las diferentes edades para generar una cultura de la salud desde la base.

[1] El periódico de Cataluña: http://especiales.elperiodico.com/visible/desigualdad/2014.html

[2] Artículo en Pressdigital: http://www.pressdigital.es/texto-diario/mostrar/512718/pobreza-severa-afecta-3-millones-medio-personas-espana?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=Newsletter%20www.pressdigital.es

[3] Los accidentes vasculares en el cerebro, los ictus, que dejan sin riego una zona por una obstrucción de un vaso sanguíneo, tienden a la baja entre las personas que más los sufren, los mayores de 60 años, pero entre la población de 25 a 44 años ha crecido un 43% en los últimos diez años. El fenómeno es general en todo el mundo occidental para los ictus isquémicos (no para los hemorrágicos, cuando un vaso sanguíneo se rompe, que mantienen una frecuencia estable). Las cifras se repiten en Estados Unidos, en Dinamarca o en Francia y la línea ascendente se ha encumbrado, sobre todo a partir de los años 2000. (Fuente: Ana MacPherson, La Vanguardia)

Los fármacos que intentan reducir la hipertensión, las arritmias y algunas otras formas de enfermedades cardiovasculares, son en la actualidad los que más se prescriben en los Estados Unidos. Uno de cada tres adultos – aproximadamente 75 millones de personas- es diagnosticada en ese país con hipertensión arterial y muchas de ellas presentan pre-hipertensión. Alrededor de 15 millones de pacientes en los Estados Unidos, tienen alguna forma de arritmia cardíaca. Los fármacos más comúnmente prescritos para tratar esas condiciones son los llamados “bloqueadores de los canales” o “antagonistas” los cuales incluyen bloqueadores de canales de calcio, sodio y potasio. Las ventas de estos fármacos han alcanzado los 6 mil millones de dólares a nivel mundial. En los Estados Unidos los bloqueadores de los canales ocupan el octavo puesto entre los fármacos que más se venden. Pero los bloqueadores de canales de calcio (BCC) Inhiben la producción de colágeno en las células de la pared vascular. (Fuente: Dr. Rath Research Institute / http://www.drrathresearch.org

[4] Articulo D. Salud:  http://www.dsalud.com/index.php?pagina=articulo&c=582

[5] Libro denuncia: http://www.casadellibro.com/libro-traficantes-de-salud-como-nos-venden-medicamentos-peligrosos-y-j-uegan-con-la-enfermedad/9788474269130/1122417

[6] ¿Por qué están fumigando el mundo? https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=453815911441743&id=171854619637875

[7] Hay que recordar que este referéndum resultó polémico debido a que el PSOE se había manifestado en contra del ingreso en la OTAN antes de entrar en el Gobierno, usando el lema «OTAN, de entrada no». En el referéndum propuso el sí a la permanencia. Otro de los motivos fue la redacción de la pregunta, que la opinión pública consideró tendenciosa para encaminar hacia el «sí» el referéndum. De hecho el Gobierno hizo campaña por el «sí». En Cataluña ganó el “no”.

[8] Chemtrails, enlaces:

 https://chemtrailsvic.wordpress.com/que-son-els-chemtrails/que-fumigan-y-para-que/

http://www.eldiario.es/ciencia/Chemtrails-fallido-plan-exterminar-Humanidad_0_203680372.html

[9] Enlace a la asociación de cielos limpios: http://anecieloslimpios.blogspot.com.es

[10] En el Reino Unido, las industrias papeleras (u otros) instaladas en los cauces de los ríos no pueden usar el agua en sus fábricas directamente de la corriente previa del río, sino que la han de coger «en agua pasada «y devolverla aguas arriba. De esta manera si sueltan aguas sucias y contaminadas, ellos en son los primeros damnificados.

[11] Fuente: Drs. Mario Moncayo y Carlos Moncayo, y entre otros colaboradores Goio Iturregui (instituto Moncayo:  http://www.institutomoncayo.com/introduccion_introduccion.html)

[12] Ver punto 2: La pobreza severa afecta ya a más de 3 millones y medio de personas.

[13] La mayoría de los nuevos contratos de médicos y enfermería son temporales: http://www.pressdigital.es/texto-diario/mostrar/553378/inmensa-mayoria-nuevos-contratos-medicos-enfermeros-temporales?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=Newsletter%20www.pressdigital.es

[14] El Nuevo Orden Social. Rudolf Steiner. Ed. Antroposófica Argentina:

«El bienestar de toda una comunidad de personas que trabajan, será tanto mayor cuanto menos cada uno de sus miembros requiera para sí mismo el producto de su trabajo, es decir, cuanto más de este producto lo ceda al prójimo, y como más sus propias necesidades se satisfagan, no de su propio trabajo, sino del de los demás. Toda estructura dentro de una comunidad de personas que esté en contra de esta ley, necesariamente producirá, con el tiempo, y de alguna manera, miseria e indigencia.»

[15] Esto sólo es una muestra de cómo funciona el ‘Mercado’: Dos de los principales fabricantes de bebidas azucaradas a nivel mundial, Coca-Cola y PepsiCo, financiaron en los Estados Unidos a 96 organizaciones que tienen un importante papel en la promoción de hábitos saludables y la lucha contra la obesidad o la diabetes, enfermedades potenciadas por el alto consumo de azúcares. El objetivo era «mejorar» la imagen de los refrescos y restar apoyos a las leyes que limitan su consumo, dice el estudio. Entre los principales receptores de fondos en concepto de «esponsorización» están la Asociación de Diabetes de EEUU y la Fundación de Investigación de la Diabetes Juvenil, así como la Sociedad Americana de Cáncer. También se encuentra la mayor asociación de médicos del país, la AMA, la Cruz Roja, y el Centro de Control de Enfermedades, la principal agencia del Gobierno encargada de la protección de la salud y la promoción de hábitos sanos. Entre los beneficiarios también están la prestigiosa Universidad de Harvard, la de Washington y la de Georgia.

En España, decenas de entidades, incluidas varias universidades, reciben dinero de Coca-Cola, tal y como ha publicado la misma empresa este mismo año. Una de las organizaciones que más fondos recibe, más de un millón de euros al año desde 2011, es el Instituto Europeo de la Hidratación. Esta fundación financia estudios científicos y cuenta con un presupuesto multimillonario, aportado por la propia Coca-Cola, según reveló The Times. El organismo recomienda el consumo de bebidas deportivas y refrescos como los que fabrica la empresa. Este instituto tiene en la Universidad de La Laguna como una de sus cuatro organizaciones cofundadores. (Fuente: The Times y el País octubre 2016)

Lista de empresas españolas: http://www.cocacolaespana.es/salud-nutricion/colaboraciones-y-becas-investigacion-listado-organizaciones

[16] Se permite la venta de tabaco al que se han añadido sustancias no declaradas en el envoltorio del producto, como debería ser por ley. Las campañas del gobierno hablan de que hay hasta 70 sustancias cancerígenas en el tabaco que se comercializa en España. Si el tabaco es una planta que puede ser cultivada ecológicamente, es que puede existir tabaco ecológico, sin aditivos. La pregunta es por qué el gobierno permite la perversidad de comercializar tabaco envenenado a la población. Hay que ser un corrupto moral de gran categoría para permitir estas actividades comerciales que son claramente criminales, ya que atentan a la salud pública y son altamente cancerígenas y adictivas, lo que el tabaco libre de tóxicos, por su naturaleza, no haría nunca.

[17] El mal común: https://criteriiconsciencia.org/el-mal-comun/

[18] Enlace al artículo: http://www.foodispower.org/es/la-cria-de-pollos-para-carne/   Enlace  al vídeo: https://youtu.be/uNgLEAT6FHQ

[19] DSM: los niños con un mínimo de «tres episodios semanales de irritabilidad, arrebatos y berrinches durante más de un año» serán diagnosticados con el «trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo». Fuente: http://www.bebesymas.com/salud-infantil/todos-los-ninos-tienen-un-trastorno-mental

[20] Enlace al artículo: http://www.spiegel.de/spiegel/print/d-83865282.html

[21] Enlace del artículo: http://www.elmundo.es/papel/historias/2016/06/06/57553abde5fdea8d528b4577.html

[22] Esta propuesta también es válida para el departamento de Enseñanza. Cada familia debería tener el derecho a administrar su cheque escolar. Esto quiere decir que la familia elige la escuela y con el dinero público a su alcance paga. Con esto termina el dilema escuela pública- escuela privada. Todas las escuelas son privadas. Los padres eligen -en función de su ideología y sentir – la escuela para sus hijos. El dinero público la paga. La enseñanza deja de ser tutelada por el gobierno y los políticos y la enseñanza y las universidades son todas libres. Los responsables son los padres y los maestros; nunca los gobiernos, ni el Estado.

[23] Contaminación ambiental en Barcelona : http://www.ara.cat/societat/barcelona-contaminacio-diesel_0_1486651549.html

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