En primavera de 2010 inicié una serie de conversaciones con personas que me pareció que debían responder a una cierta sensibilidad que yo presentía en el entorno. Todas de diversos ambientes sociales: la cultura, la política, el empresariado, la banca, la salud. Hable una por una con ellas. Hombres y mujeres. A todas ellas les hice las mismas preguntas y la misma propuesta: ¿Estás satisfecho, o satisfecha, con la situación social actual? ¿Crees que valdría la pena hacer una propuesta sobre la cuestión social que pudiera revertir en un proyecto político y social cualitativamente correcto y ético? ¿Valdría la pena de ser posible hacer una propuesta que por su forma de desarrollo hiciera posible un modelo cultural, social y político incorruptible?
Fueron 30 entrevistas. Ninguna de las personas dijo no estar interesada. La segunda propuesta fue participar en una reunión conjunta para ver la posibilidad de darle un aire más concreto a la idea original. Nadie se negó. Posteriormente hubo otras reuniones (ninguna fácil) que definieron poco a poco quienes continuarían en el proyecto.
También llegó la inspiración de que habría que hacer las cosas con un cierto criterio y mucha conciencia. De ahí el nombre que hoy hemos otorgado a esta entidad: CRITERIO Y CONSCIENCIA. No presumimos de ser ni los más conscientes ni de tener el mejor criterio. Más bien pretendemos unir criterios y tomar conciencia, que no es poca cosa. La idea (que puse en marcha justo un año antes de la aparición del 15-M) tiene su origen en una propuesta que hizo Rudolf Steiner – poco antes de la guerra del 14- a la clase política de su época, con la pretensión de llevar a Europa central un modelo político y social que hubiera podido ser el modelo sobre el cual planificar la Europa que no ha sido.
A día de hoy algunos atisbos de esa triformación social que Steiner proponía se han dejado ver por la vieja Europa, pero son pocos, dispersos y –posiblemente- insuficientemente coordinados. Me he querido permitir pues, poner en un Blog documentos – reflexiones elaboradas desde 2010, y otras muy anteriormente – que puedan dar un idea de cómo podríamos pasar de una teoría a la práctica. De cómo aprovechar también la sincrónica inteligencia de buenos teóricos como un Vicenç Navarro ó un Arcadi Oliveres, para ver si unos pocos somos capaces de generar una propuesta que estimule a unos muchos a generar un espacio para crear, lo que en un momento dado de la primera reunión propuse y fue motivo de fuga una parte de los presentes: Una opción política.
Como decía, tenemos excelentes teóricos, pero nos falta recorrer un tramo más para llegar a los prácticos, a los guerreros, a los guerreros buenos.
¿Nos encontramos?
Alfons Vinyals
Enero 2012.