El término paradigma indica el concepto de esquema formal de organización, y debe ser utilizado como sinónimo de marco teórico o conjunto de teorías

Bibliografía:

  • El aspecto interno de la cuestión social. (Rudolf Steiner-1919).
  • Hacia una renovación social. (Rudolf Steiner-1919).
  • Futuro social. (Rudolf Steiner-1919).
  • La ciencia del espíritu y el dilema social (Rudolf Steiner-1906).

Para quien observa con atención los sucesos que están acaeciendo actualmente en los países llamados “occidentales”, muy particularmente en los mediterráneos, no pasará desapercibido un detalle constatable como denominador común en todos ellos. Se trata de los primeros atisbos de lo que podría llegar a ser la decadencia de lo que precisamente nació en esta misma zona geográfica: la democracia. Y no es que uno no se considere demócrata, o que piense que la democracia ya no sirve como lenguaje común, vehículo de conexión entre seres y países civilizados. Muy al contrario, sigue siendo la única forma humana y racional que puede poner de acuerdo a países y personas con idiosincrasias muy diferentes.

¿Qué es entonces lo que está fallando tan estrepitosamente? – puede preguntarse cualquiera. La respuesta es elementalmente sencilla por evidente: están fallando las personas. Aquellos gobernantes que se aferran a interpretaciones caducas y totalmente alejadas de las necesidades que deberían dirigir el pensar y el hacer humano en la actualidad.

 No deberíamos olvidar nunca que un correcto obrar en el ámbito social, político y económico, debe estar siempre precedido de un correcto pensar. Un incorrecto obrar procede de un pensar erróneo, equivocado por tanto en sus fines, o lo que sería todavía peor, de una ausencia de pensamiento.

 Nuestro tiempo necesita de forma imperiosa – a las abundantes y demoledoras pruebas me remito-, de una concepción de la vida que tenga en cuenta las verdaderas fuentes de ésta. Las teorías que utilizan casi todos los políticos actuales nada tienen que ver con la vida, están totalmente alejadas de ella. Son hipótesis que a lo sumo utilizan un par de variables: la económica y la política. Pero prácticamente nunca tienen en cuenta a quienes van dirigidas, quienes son en última instancia los receptores de sus logros o fracasos.

Para poder captar con claridad cómo podemos reconocer un concepto correcto que afecta a la vida cotidiana, pondremos dos ejemplos. Una persona que ha dedicado muchos años de su vida al estudio y preparación para llegar a ser un buen ingeniero. Si no se ha preparado convenientemente con todos los medios a su alcance, investigando diversas formas y condiciones para llevar a cabo su trabajo de la mejor manera posible, es bastante probable que su preparación sea inadecuada para la construcción de puentes, por poner un ejemplo. Sucederá entonces que su impericia se manifestará al llegar a la práctica, pues los puentes construidos sin tener en cuenta todas las variables que les pueden afectar (el terreno, el agua, los viajeros que lo cruzarán etc.), pueden llegar a derrumbarse, convirtiendo al ingeniero en un auténtico chapucero.

Pero ¿cómo podemos detectar la falta de una correcta preparación cuando se comete en el ámbito social y económico? Esta nos queda sobradamente demostrada al comprobar que los seres humanos afectados por ella sufren.

 Es evidente que resulta más sencillo advertir la relación entre un ingeniero poco hábil y el hundimiento de su puente, que entre el sufrimiento y los correspondientes actos chapuceros a nivel político, porque no estamos acostumbrados (nadie nos ha enseñado) a saber interpretar este tipo de actitudes. No obstante, para nuestra desgracia y también para nuestra ilustración, nos ha tocado vivir un tiempo donde vamos a poder observar las consecuencias de este tipo de chapuceros hasta la saciedad, en todo tipo de circunstancias y condiciones.

Todas estas actitudes incorrectas surgen de una actitud inadecuada. Las teorías políticas, económicas y sobre todo sociales, que se crean en un cómodo despacho, aislado de lo que sucede en la calle, “se dejan manejar bastante bien” y apenas oponen resistencia. Pero estas deben ser reemplazadas por otras que capaciten la inteligencia de quien deba tomar estas delicadas decisiones, para juzgar imparcialmente los efectos que puedan causar en la vida. Sólo entonces estarán facultados para dirigir su voluntad hacia la toma de unas decisiones que permitan y faciliten el bienestar social para los ciudadanos que les hayan autorizado con sus votos, la adecuada dirección del país.

Por último y para dejar claro qué tipo de personas están dirigiendo nuestro país (y muchos otros países), podemos hacernos una sencilla pregunta, cuya respuesta probablemente les dejará en evidencia. ¿Cuándo no resiste una teoría la prueba de la vida? Cuando surge del pensar que no está preparado para entender la vida.

 

 Ejemplos tenemos en abundancia en nuestro derredor. Políticos que en época de abundancia despilfarran; construyen sin necesidad, ni utilidad demostrable ó todavía mucho peor, se lucran personalmente, con todo descaro y sin rubor alguno del dinero público.

Nuestra proposición es sencilla y a la vez transformadora: reformar el esquema que hasta hoy se ha utilizado, porque que ya no sirve, de forma que los políticos se dediquen a la Política, sin invadir ni cercenar el terreno de los profesionales de la Justicia y traspasando la responsabilidad del control del dinero público a un nuevo Órgano que no dependa de los políticos, con unos profesionales especializados en auditar anualmente a cualquier entidad que reciba dinero público y denunciar inmediatamente anta la Justicia cualquier fraude detectado.

 Para ello, la Justicia debería ser independiente de la Política (sobre todo de los políticos), dotada de los fondos e instrumentos suficientes para su correcta y ágil labor y sobre todo no admitir en su seno a nadie que venga del mundo político o muestre su relación con él.

En el ámbito Cultural/Social, descansa sobre la necesidad que los seres humanos cooperen superando sus posibles diferencias. La igualdad y una auténtica colaboración entre todos, sería su fin último.

En el ámbito económico debería existir un órgano de control sin relación alguna con la política, ni con los políticos. Alguien podría decirnos que ya existe (el Tribunal de Cuentas). A esto deberíamos contestar que, efectivamente, este órgano existe y su labor es la de controlar el dinero público. Lo lamentable es que, quienes dirigen el Tribunal, son antiguos políticos y elementos afines a los dos grandes partidos nacionales. El que su labor no haya dado los frutos que debiera, denunciando el despilfarro en ámbitos nacionales y locales, nos muestra que los delegados por los grandes partidos han hecho “muy bien su labor”, tapando todos los pufos que ahora van saliendo a la luz gracias a denuncias particulares, en vez de quienes debieran hacerlo, por ser esa su exclusiva responsabilidad.

En resumen y para finalizar, se trataría de asignarle a lo que se podría llamar Estado, la responsabilidad de administrar la Justicia que se deriva de la legislación propuesta por los políticos en base al bien común de la sociedad.

LA NECESSITAT D´UN CANVI DE PARADIGMA.

El terme paradigma indica el concepte d’esquema formal d’organització, i ha de ser utilitzat com a sinònim de marc teòric o conjunt de teories.

 Bibliografia:

  • L’aspecte intern de la qüestió social. (Rudolf Steiner-1919).
  • Cap a una renovació social. (Rudolf Steiner-1919).
  • Futur social. (Rudolf Steiner-1919).
  • La ciència de l’esperit i el dilema social (Rudolf Steiner-1906).

 Per a qui observa amb atenció els successos que estan esdevenint actualment en els països anomenats “occidentals”, molt particularment en els mediterranis, no passarà desapercebut un detall constatable com a denominador comú en tots ells. Es tracta dels primers indicis del que podria arribar a ser la decadència del que precisament va néixer en aquesta mateixa zona geogràfica: la democràcia. I no és que un no es consideri demòcrata, o que pensi que la democràcia ja no serveix com a llenguatge comú, vehicle de connexió entre éssers i països civilitzats. Molt al contrari, continua sent l’única forma humana i racional que pot posar d’acord a països i persones amb idiosincràsies molt diferents.

 Què és llavors el que està fallant tan estrepitosament? – Pot preguntar qualsevol. La resposta és elementalment senzilla per evident: estan fallant les persones. Aquells governants que s’aferren a interpretacions caduques i totalment allunyades de les necessitats que haurien de dirigir el pensar i el fer humà en l’actualitat.

No hauríem d’oblidar mai que un correcte obrar en l’àmbit social, polític i econòmic, ha d’estar sempre precedit d’un correcte pensar. Un incorrecte obrar procedeix d’un pensar erroni, equivocat per tant en els seus fins, o el que seria encara pitjor, d’una absència de pensament.

 El nostre temps necessita de forma imperiosa – a les abundants i demolidores proves em remeto-, d’una concepció de la vida que tingui en compte les veritables fonts d’aquesta. Les teories que utilitzen gairebé tots els polítics actuals no tenen res a veure amb la vida, estan totalment allunyades d’ella. Són hipòtesis que com a màxim utilitzen un parell de variables: l’econòmica i la política. Però pràcticament mai tenen en compte a qui van dirigides, que són en última instància els receptors dels seus èxits o fracassos.

Per poder copsar amb claredat com podem reconèixer un concepte correcte que afecta la vida quotidiana, posarem dos exemples. Una persona que ha dedicate molts anys de la seva vida a l’estudi i preparació per arribar a ser un bon enginyer. Si no s’ha preparat convenientment amb tots els mitjans al seu abast, investigant diverses formes i condicions per dur a terme la seva feina de la millor manera possible, és bastant probable que la seva preparació sigui inadequada per a la construcción de ponts, per posar un exemple. Succeirà llavors que la seva imperícia es manifestarà en arribar a la pràctica, ja que els ponts construïts sense tenir en compte totes les variables que els poden afectar (el terreny, l’aigua, els viatgers que el travessaran etc.), Poden arribar a esfondrar-se, convertint l’enginyer en un autèntic sapastre.

Però, com podem detectar la manca d’una correcta preparació quan es comet en l’àmbit social i econòmic? Aquesta ens queda àmpliament demostrada en comprovar que els éssers humans afectats per ella pateixen.

 És evident que resulta més senzill advertir la relació entre un enginyer mica hàbil i l’enfonsament del seu pont, que entre el patiment i els corresponents actes barroers a nivell polític, perquè no estem acostumats (ningú ens ha ensenyat) a saber interpretar aquest tipus de actituds. Tanmateix, per a la nostra desgràcia i també per a la nostra il · lustració, ens ha tocat viure un temps on podrem observar les conseqüències d’aquest tipus de sapastres fins a la sacietat, en tot tipus de circumstàncies i condicions.

Totes aquestes actituds incorrectes sorgeixen d’una actitud inadequada. Les teories polítiques, econòmiques i sobretot socials, que es creen en un còmode despatx, aïllat del que passa al carrer, “es deixen manejar bastant bé” I tot just oposen resistència. Però aquestes han de ser reemplaçades per unes altres que capacitin la intel · ligència de qui hagi de prendre aquestes delicades decisions, per jutjar imparcialment els efectes que puguin causar a la vida. Només llavors estaran facultats per dirigir la seva voluntat cap a la presa d’unes decisions que permetin i facilitin el benestar social per als ciutadans que els hagin autoritzat, amb els vots, l’adequada direcció del país.

Finalment i per deixar clar quin tipus de persones estan dirigint el nostre país (i molts altres països), podem fer-nos una senzilla pregunta, la resposta probablement els deixarà en evidència. Quan no resisteix una teoria la prova de la vida? Quan sorgeix del pensar que no està preparat per a entendre la vida.

Exemples tenim en abundància al nostre voltant. Polítics que en època d’abundància malgasten; construeixen sense necessitat ni utilitat demostrable o encara molt pitjor, es lucren personalment, amb tot desvergonyiment i sense cap rubor dels diners públics.

 La nostra proposició és senzilla i alhora transformadora: reformar l’esquema que fins avui s’ha utilitzat, perquè que ja no serveix, de manera que els polítics es dediquin a la Política, sense envair ni retallar el terreny dels professionals de la Justícia i traspassant la responsabilitat del control dels diners públics a un nou Òrgan que no depengui dels polítics, amb uns professionals especialitzats en auditar anualment a qualsevol entitat que rebi diners públics i denunciar immediatament anta la Justícia qualsevol frau detectat.

 Per a això, la Justícia hauria de ser independent de la Política (sobretot dels polítics), dotada dels fons i instruments suficients per a la correcta i àgil tasca i sobretot no admetre en el seu si a ningú que vingui del món polític o mostri la seva relació amb ell.

En l’àmbit Cultural / Social, descansa sobre la necessitat que els éssers humans cooperin superant les seves possibles diferències. La igualtat i una autèntica col · laboració entre tots, seria el seu fi últim.

 En l’àmbit econòmic hauria d’existir un òrgan de control sense cap relació amb la política, ni amb els polítics. Algú podria dir-nos que ja existeix (el Tribunal de Comptes). A això hauríem contestar que efectivament, aquest òrgan ha i la seva tasca és la de controlar els diners públics. El lamentable és que, els que dirigeixen el Tribunal, són antics polítics i elements afins als dos grans partits nacionals. El que la seva tasca no hagi donat els fruits que hagués de, denunciant el malbaratament en àmbits nacionals i locals, ens mostra que els delegats pels grans partits han fet “molt bé la seva feina”, tapant tots els pufos que ara van sortint a la llum gràcies a denúncies particulars, en lloc de qui haguessin fer-ho, per ser aquesta la seva exclusiva responsabilitat.

En resum i per acabar, es tractaria assignar al que es podria anomenar Estat, la responsabilitat d’administrar la Justícia que es deriva de la legislació proposada pels polítics en base al bé comú de la societat.