FELIZ MAYO NUEVO
Se acerca un nuevo mayo y probablemente seguiremos hacia una transición, una metamorfosis de la que surgirá – cual naturaleza en primavera – un nuevo brote de conciencia que irá dejando en ridículo algunas posiciones de pre-catástrofe que desde los estamentos oficiales pareció que se estuvieran dando con respecto a los movimientos ciudadanos que surgieron del mayo español. Que no fue sólo español, fue universal; trascendió lo patriótico para instalarse en lo puramente humano, superando los “ismos”, entiéndanse: los clásicos patriotismos, nacionalismos, centralismos y un largo etcétera aplicable.
Ese Mayo conmovió nuestro sentimiento hacia aquellas posiciones éticas que nos estimulan el interés por el prójimo. Únicamente nos queda por desear que el período en el que deba mantenerse este esfuerzo en transición no se dilate mucho más de lo necesario. Aunque ya sabemos lo largas que pueden ser algunas transiciones. La llamada “transición” española (a no se sabe muy bien qué) todavía continua transitando. Sobre todo ahora que los herederos de la España profunda se creen que es suya y nos lo quieren demostrar: Castigando a Garzón un juez valiente y humillándole en fechas tan señaladas (para ellos) como el 23F. España, al igual que el mundo, tiene sus amos.
El sistema, seguirá siendo voraz. Y temiendo que deba empezar a desmantelar su “modus operandi” lo va a hacer de forma estridente. Ya hemos visto como: Premiando a sus ejecutivos de alto nivel y despidiendo a trabajadores, en medio de un mar indecente de beneficios, en una crisis de diseño dirigida a capas sociales más débiles hacia las que se dirigen unas muestras de poder que raya lo tenebroso. Probablemente en Grecia el sistema se está superando a sí mismo.
Posiblemente estamos asistiendo -en estos momentos de cambio histórico- al principio de descomposición de sus formas. Por tanto, antes de la catástrofe – la suya, que no la nuestra – la que ellos han instalado en todo el planeta, están rapiñando los últimos enseres y al mismo tiempo esparciendo miedo a raudales. Mientras, una nueva humanidad se instaló en las plazas de los pueblos y ciudades un Mayo que no fue un mayo cualquiera. Unos nuevos campamentos de paz y esperanza fueron tomando cuerpo a partir de presupuestos que están en armonía con el Bien, la Verdad y la Belleza, como aspiraciones hacia un cambio global entre hermanos. Tenemos ese gran reto y ese derecho: el de experimentarnos como seres humanos globalmente. Cosa que no se ha hecho nunca hasta la fecha. La asignatura no es poca cosa.
Existe un factor, una lógica muy determinante que nos apoya y que no deberíamos pasar por alto, y que es el siguiente: La humanidad atraviesa una catástrofe cuando puede aprender algo de ella. No es una posición sumisa, es una regla, una ley que -poco a poco- vamos aprendiendo y que se integra también en la naturaleza. En todo lo vivo. Y en el fondo, todo está vivo. “Todo está iluminado”.
Y algo habremos aprendido en tantos años de obscuridad sometidos al sistema. En los años cuarenta del pasado siglo, en una pared de la ciudad del Ferrol había una pintada que en aquellos tiempos debía de ser la única pintada (legal) existente en la ciudad frente a una dependencia de la comandancia de marina que decía: “El que manda más sabe más. Y siempre tiene razón”. Ese –afortunadamente- no es el caso en la actualidad, aunque la filosofía que la inspiró persiste oculta y calculadora en los senos de las mismas familias.
Con todo el sufrimiento experimentado a lo largo del siglo XX, y con los esfuerzos bien intencionados que se han llevado a cabo a nivel cultural y social, ya desde comienzos del siglo pasado, pero más determinante a partir de los años 60, que se continuó posteriormente con los trabajos de voluntariado en las ONGS y una cierta voluntad de servicio hacia el prójimo sufriente, la inmensa mayoría del género humano ha desarrollado una determinada sensibilización hacia una serie de valores éticos generales, conforme a los cuales sabe que debería ser orientada y conducida. Valores que son tan aceptados y de una forma tan indiscutible, que ningún político ni persona pública (hombre o mujer) se atrevería a oponerse frontalmente a ellos, porque se suscitaría la animadversión de la gente en su contra.
Esos son los valores que la humanidad reconoce como irrenunciables y que se mantienen distanciados de la práctica únicamente porque no les interesan a los grupos de poder. Pero la humanidad, como tal, empieza a tener suficientemente bien aprendida esa lección, y si no se conduce de acuerdo a esos parámetros, no es por otro motivo más que por qué no se le tolera físicamente, ya que se halla provisionalmente secuestrada por los representantes de los poderes fácticos y ocultos muchas veces a su percepción, las más veces obnubilada por el bombardeo de medias verdades, extraordinariamente peligrosas para lo moral dado que – como tales – son mentiras disfrazadas de verdad. Ya se sabe aquello de que, repitiendo infinitas veces una mentira se acabará tomando por una verdad. Pero en estos momentos históricos cuando la consciencia cada vez mas –afortunadamente – se apodera de nosotros, ahora, como reza el dicho popular: “no cuela”.
Esto es precisamente lo que diferencia a éste de otros momentos históricos previos de dificultad. En la actualidad, la humanidad como globalidad sí sabe cómo debería conducirse, aunque no posea todavía instrumentos prácticos, pero sí los primeros atisbos de valor para convertir sus aspiraciones en una forma visible organizada.
En el presente, la humanidad está aprendiendo a diferenciar lo que está bien de lo que está mal, y más exactamente lo que es el bien común y lo que es representativo del mal; y a exigir una gestión de sus destinos cotidianos que concuerde con los intereses de la mayoría. Este objetivo, en términos generales, se halla virtual o potencialmente extendido, ya que es únicamente una minoría, comparativamente muy reducida, la que ha renunciado a ejercer su capacidad de discriminación ética, a cambio de una serie de beneficios materiales.
El resto, sabe bastante bien cómo deberían hacerse las cosas, y lo manifiesta siempre que se le da una oportunidad de expresarse, como ocurre en estos momentos, aunque también sabe que los actuales políticos y gobernantes – a los que no otorga ninguna credibilidad – nunca procederán de acuerdo a esos criterios. Y por lo tanto es el momento de buscar nuevos líderes o grupos de liderazgo allí donde estén, que los hay.
En el presente, el problema fundamental no radica en la humanidad en sí misma, sino en quienes controlan su desenvolvimiento en todo el mundo. Aunque ellos saben que su tiempo ha tocado a su fin, no están dispuestos a abandonar sin más sus posiciones de privilegio, desde las cuales hacen y deshacen a su libre capricho.
Recortando medios en sanidad, enseñanza, cultura o la amenaza de retirar los recursos físicos, económicos e instrumentales, a través de los cuales el individuo común consigue sus medios de subsistencia mediante un trabajo, y el miedo de un orden más genérico, a las catástrofes “naturales”, a las guerras, o, como recordarán –por poner un ejemplo muy conocido- el fantasmal ‘Efecto 2000’, que había de suponer el final de la civilización tecnológica y el regreso súbito a la Edad de Piedra, todos ellos son recursos utilizados por los amos del mundo para sembrar la incertidumbre y la desesperanza en los corazones de los hombres y mujeres de todo el planeta. Son sus ensayos de manipulación.
En este orden de cosas, la humanidad ha estado, hasta este momento, artificialmente retenida para imposibilitarle su próximo paso evolutivo. Pero esa situación ya no puede dilatarse mucho tiempo más. De la misma forma que nadie puede parar la trayectoria de los planetas en sus órbitas. Indefectiblemente la humanidad ha de confrontarse con la situación cultural que corresponde a su presente nivel anímico para que, en ese contexto adecuado, aprenda a desarrollar nuevas y más amplias facultades de discriminación.
En su próximo paso evolutivo, la humanidad debe aprender a diferenciar, a discriminar y encontrar el Bien tal como se presenta en el mundo de la manifestación, el Bien más amplio, que se expresa en multiplicidad de dimensiones.
En conclusión, lo que espera actualmente la humanidad no es, de hecho, ninguna nueva revelación, que le descubra verdades esenciales para su desenvolvimiento futuro. La humanidad, normal y anímicamente sana, conoce ya todas las verdades realmente indispensables, y está abierta y predispuesta a ensayar formas de convivencia asentadas sobre esas verdades. Lo que realmente espera la humanidad, es el desplazamiento de todas las estructuras del poder material, que son las que le imposibilitan llevar a cabo esa clase de convivencia que nadie en sus cabales discute y que todo el mundo acepta teóricamente como el ideal.
Afortunadamente, Mayo vuelve cada año, y está a la vuelta de la esquina. Faltan 75 días, pero Feliz Mayo Nuevo. Feliz despertar.
Documentos CiC. cic.criteriiconsciencia@gmail.com
Algunos de los documentos que elaboramos en Criterio y Consciencia son recopilaciones de trabajos y experiencias que tuvieron lugar en el pasado, pero que como presupuestos básicos y éticos entendemos que gozan de una cierta atemporalidad. Este tipo de documentos son consensuados entre los socios de CiC. Por lo tanto es la propia entidad quien los asume. Algunas de estas reflexiones del mismo texto ya se cocían – si se nos permite la expresión- en las experiencias que tuvieron lugar en Barcelona alrededor de esta temática en los años ochenta, y en la que pretendimos dar viabilidad (sin éxito aparente) a una comunidad libre basada en la libertad, la igualdad y la fraternidad. Algunas experiencias basadas en el intento ético, al margen de considerar si han sido un éxito o no, y teniendo en cuenta que el éxito no ha ser desde este postulado, material; continúan teniendo una vitalidad y actualidad que hacen necesaria su memoria por aquello de eterno que late en su corazón, que es el nuestro. Y en memoria de lo que fue bueno, bello y veraz cabalgamos de nuevo.
Alfons Vinyals. Febrero 2012.